martes, 2 de abril de 2013

110 GEOGRAFIA


GEOGRAFIA.

Heterogéneo y espectacular, se podría describir el territorio de Japón. Este es un país verde (el 65% está cubierto por bosques), superpoblado y, a la vez, vacío, ya que el 75% de sus habitantes viven en ciudades. También es un país marítimo, bañado por los mares de Japón y Ojotsk, y por el océano Pacífico. Ningún lugar del territorio nipón se encuentra a más de cien kilómetros de alguna costa.

Hokkaido es la más septentrional de las cuatro islas mayores. Es una tierra montañosa, con cuatro picos que rebasan los dos mil metros de altitud, y temperaturas que no superan los 0 ºC la mitad del año. La isla alberga seis parques nacionales que protegen volcanes, cascadas, lagos... También es el hogar de los ainus, el pueblo aborigen con una cultura y una lengua propias.

Honshu es la isla mayor: tiene 1.300 kilómetros de longitud y 230 de anchura. Con cien millones de habitantes, también concentra el 60% de la población e, históricamente, fue el centro de poder, al acoger las sucesivas capitales imperiales: Tokio, la actual; Kioto, la anterior, y Nara, la primera. Honshu alberga la gran cordillera de los Alpes japoneses, cuya cúspide es el volcán Fuji.

Los japoneses consideran Shikoku su "isla romántica", debido a su belleza paisajística y a una atmósfera muy apacible. Con cuatro millones de habitantes, Shikoku atesora playas, una fauna marina muy interesante, corales y pueblecitos de pescadores.

Kyushu aúna los paisajes de origen volcánico y la frondosidad subtropical. Se conoce como la "isla de la longevidad" porque muchos isleños alcanzan edades inauditas. Es una isla llena de aguas termales, lagos, palmerales y playas con las arenas blancas.

Las islas del Sudoeste, el antiguo reino de Ryukyu, se extienden al sur de Kyushu. Tienen un clima subtropical, con una temperatura media anual de 23 ºC. Okinawa es la isla más importante. Estos archipiélagos acogen fabulosos arrecifes de coral y son el paraíso surfista japonés.

Finalmente, en el otro extremo, al norte, se extienden las islas Kuriles, bajo soberanía rusa pero reivindicada por Japón. Fueron territorio ainu hasta el siglo XVIII, cuando los nativos fueron expulsados por los rusos. E n 1875 pasaron a poder japonés, a cambio de la isla de Sajalin. Finalmente la Unión Soviética se apropió de ellas como botín de la Segunda Guerra Mundial. Japón reclama las islas más meridionales: Etorofu, Kunashiri, Shikotan y las Jabomai.