MACHIYA: La Casa japonesa
La arquitectura japonesa
tradicional es extraordinaria, en su variedad y su simpleza, en el delicado
balance entre su mundo interior y su relación con el exterior.
Una de las tipologías de
vivienda más interesantes es la machiya, una residencia de
mercaderes y artesanos desarrollada en la ciudad.
Machiya tiene dos
significados, de acuerdo al carácter que se utilice: 町家 significa literalmente
"casa de la ciudad", mientras que 町屋 significa "tienda
de la ciudad", denotando en todo caso la convivencia de funciones
comerciales con las de residencia. Puede encontrarse en todo Japón, aunque es
característica de Kyoto. Por eso, algunos las llaman kyomachiya 京町家 , o "casas de
la capital".
La ciudad de Kyoto se
encuentra rodeada de montañas, lo que si bien la protege de tifones, le da
escasa ventilación convirtiendo sus veranos en una tórrida, húmeda y sofocante
experiencia. La casa machiya, que generalmente se adosa a otras de forma
compacta, incluye una serie de elementos y espacios que permiten ventilar los
ambientes y tener una estancia placentera en verano.
Lamentablemente, el
criterio japonés es "en invierno uno puede cubrirse con mucha ropa,
mientras que en verano no hay nada qué hacer", por lo que las casas,
de paredes delgadas, dobles alturas y jardines interiores, están preparadas
para el verano, pero son demasiado frías para el invierno. Como contraste, las casas tradicionales
coreanas tienen un interesante sistema de calefacción bajo el piso (ondol),
lo que hace muy confortable caminar descalzo y hasta dormir en el suelo durante
los meses invernales.
La típica machiya es una
vivienda larga de fachada corta, hecha de madera. Normalmente consta de dos
pisos y contiene uno o más jardines interiores.
En la parte frontal del
primer piso se ubicaba tradicionalmente la tienda o mise, o un área
social cuando la vivienda no tenía alguna actividad comercial.
A continuación se
encontraba la "parte de la vivienda" (kyoshitsubu), que
generalmente era edificada sobre una trama de columnas rectangulares de madera
divididas por paneles intercambiables.
Los pisos son de
planchas de estera tejida llamadas “tatami”, a excepción del piso de la cocina,
cuyo piso es de tierra o piedra (doma) para evitar incendios. Pero el tatami
es mucho más que una alfombra de estera. Es un sistema modular en el cual
está basada toda la composición y la estructura de la casa. Cada módulo mide
1.910 m x 0.955 m, es decir 1 x 0.5 ken. La disposición de las columnas, el
ancho de las puertas (tategu) y ventanas, todo está modulado de acuerdo al
tatami. Dicha estandarización permitía la reutilización de materiales cuando
una casa era demolida.
BREVE HISTORIA
Pueden encontrarse
antecedentes de las machiya en el periodo Nara (710 - 794), pero se
consolidarían más en el periodo Heian (794 -1185), cuando eran residencias de
artesanos y comerciantes minoristas. En aquella época las machiya eran
construcciones simples que compartían un patio común.
En posteriores periodos,
como el Kamakura (1185-1333) y el Muromachi (1333-1573), caracterizados por
frecuentes guerras, las machiya conformaban agrupaciones de viviendas en
bloque muy unidas, que hacían causa común para defenderse de los ataques de
caudillos. Debido a que los impuestos se cobraban según el ancho de la fachada,
las viviendas optaron por ser estrechas y alargadas. El ancho de las fachadas
puede ser de hasta 6 m, aunque según el barrio y la ciudad en que se encuentren
puede llegar hasta 18-20 m.
El desarrollo de las machiya
como las conocemos hoy se dio en el periodo Edo (1603 - 1867), una época de
relativa estabilidad y aislamiento del mundo exterior. Cabe destacar que en la
estratificada pirámide social japonesa, los comerciantes eran considerados una
de las clases más bajas, por debajo de los samuráis, artesanos y campesinos,
por encima sólo de los intocables. Por ese motivo a los comerciantes se les
prohibía construir sus viviendas con más de dos niveles y mostrar cualquier
tipo de extravagancia. Eso ha motivado la escala estrecha y compacta de los
barrios de machiya.
El perfil urbano
compacto de las machiya las hace, lamentablemente, presa fácil de incendios.
Muchas de las machiya que se ven hoy en Kyoto fueron reconstruidas luego del
incendio que consumió gran parte de esta ciudad en 1788.
Kyoto fue una de las
pocas ciudades que no fue bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial precisamente para salvar su patrimonio
histórico. Sin embargo, la expansión urbana ha traído más devastación que la
propia guerra. Muchas de las machiya han perecido bajo la presión
inmobiliaria, a menudo reemplazadas con edificios anodinos que destruyen el
perfil de la calle. Esto ha motivado la creación de varios grupos de defensa,
preservación y reciclaje de las machiya, algunos de ellos liderados por
extranjeros.
INFLUENCIAS
CONTEMPORÁNEAS
La flexibilidad,
asimetría, modulación, espacialidad, funcionalidad y austera estética de las machiya
han sido criterios que han tenido influencia en varios arquitectos modernos
y contemporáneos.
Charlie R. Mackintosh se
inspiró en la organización espacial, la simple geometría rectilínea, el uso de
pantallas deslizantes y otros para su escuela de Arte en Glasgow.
Igualmente, Frank. L.
Wright asumió el concepto de fluidez espacial de las machiya para
crear su Casa Robie, en la que incluyó otros elementos como los grandes aleros,
inspirados más bien en los templos nipones.
El minimalismo de Mies
van der Rohe y su "menos es más" es típicamente japonés. Su Casa
Farnsworth se separa del suelo mediante pilotes, utiliza una plataforma
horizontal a la usanza de las terrazas o barandas japonesas y la flexibilidad
de su espacio recuerda notablemente al de las machiya.
Este sistema de columnas
sobre las que las paredes se ubican libremente y el sistema modular fueron
también rescatados por Le Corbusier en su llamado "Sistema
Dominó".
Con el buen ojo que lo
caracteriza, el arquitecto Martín
Lisnovsky en su arquitectura+historia encuentra conspicuas
semejanzas entre la arquitectura de Richard
Neutra y la japonesa, aunque, para ser honesto, las vistas corresponden más
a villas imperiales como Katsuraque a las viviendas machiya.
ONSEN
La arquitectura y el agua en Japón
Japón es un país montañoso y que presenta continua actividad volcánica, por tanto es frecuente encontrar aguas termales que son llamadas onsen (温泉). Pero más allá de un fenómeno puramente geológico, en Japón los onsen son parte de una tradición cultural milenaria, una relación íntima entre el ser humano y la naturaleza, y en donde la arquitectura se ha prestado graciosamente para favorecer esa relación.
Según refiere Suehiro Tanemura, los primeros usuarios de los baños termales fueron los dioses. De acuerdo a la Guía de los siete baños termales, "antes de que los ancestros celestiales descendieran, los dioses Oonamuchi y Sukuna-hikona reinaron la Tierra Central y las Planicies de Junco. Conmiserándose por la corta vida de los humanos, establecieron métodos para aliviar sus males; la medicina, las abstinencias y los baños termales".
Es así que los onsen fueron usados primeramente como una forma de medicina arcaica. Era común encontrar baños termales para aliviar, por ejemplo, a los soldados heridos y esta práctica se extendió incluso hasta durante la segunda guerra mundial. Su privilegiada ubicación en el corazón de las montañas permitía, además de experimentar las propiedades curativas de las aguas minerales, establecer un íntimo contacto con la naturaleza.
Los baños de hombre y mujeres son diferenciados por una pequeña cortina, llamada noren. Usualmente, sutiles detalles como éstos son suficientes para determinar el carácter público o privado de los espacios.
Al interior y tras despojarse del calzado y luego del resto de la ropa (en ese orden) el bañista debe previamente lavarse con jabón en duchas especialmente preparadas para tal fin. A un onsen hay que entrar siempre limpio.
Una vez realizados estos menesteres, es posible disfrutar del espectacular baño a cielo abierto (otemburo), deslizándose tranquilamente sobre el agua caliente, donde el hombre entra en armonía con la naturaleza y la admira en silencio.
COMPONENTES PRINCIPALES
DE LA CASA JAPONESA
(Machiya)
Entramado o Kōshi
Se trata de un entramado de madera que se encuentra
en la fachada de la vivienda. No es una reja, separada de la estructura y
empotrada en el suelo, sino es parte de la propia fachada de la machiya.
Su longitud varía, desde cubrir sólo la puerta hasta desplegarse a lo largo de
la fachada.
Existen diversos tipos de kōshi, según la
región en la que se encuentra la machiya. Es posible distinguir la
actividad a la que se dedica la vivienda según el tipo de entramado que dispone
en su fachada. El Prof. Takeshi Nakagawa ilustra este hecho con los siguientes
tipos:
A)
Daigōshi (entramado
empotrado), típico de tiendas de arroz, licor, carbón o madera.
B)
Degōshi (entramado
saliente), usado en ventanas, se encuentra en casas de té.
C)
Sasamegōshi (entramado
delgado), usado en tiendas de ropa.
D)
Kogaeshigōshi (entramado
de espacios iguales).
E)
Me-itagōshi (entramado
con tiras de paneles), usado en el ōdo, una puerta grande por donde se
ingresaba mercadería voluminosa.
F)
Taraigōshi (entramado
plano), típico de tiendas de hilos.
G)
Renjigōshi (entramado
con barras transversales), asociado a casas de té.
Patio de ingreso o Toriniwa
Se usa como distribuidor de la circulación,
comunica tanto a la cocina como al cuarto de ingreso. Este pequeño
espacio es una transición entre el dominio externo y público de la calle a un
dominio interno privado de la vivienda.
Cocina
Generalmente se ubica sobre el pasillo de servicio
que lleva a la parte posterior de la casa que, como dijimos, solía ser de
piedra o tierra compacta con sal. Este es uno de los espacios que encuentro más
interesantes en las machiya, ya que a pesar de encontrarse en medio de
una circulación y sobre un área tan pequeña, el espacio se extiende en altura.
Ingreso o Genkan no ma
Cuarto de ingreso, exclusivamente para recibir
invitados. Los genkan son áreas de ingreso, y se les puede encontrar desde
grandes templos hasta en pequeñas viviendas. En general, hasta los
departamentos más pequeños tienen un genkan en donde se dejan los
zapatos antes de ingresar a la vivienda (costumbre que me parece muy práctica,
ya que mantiene el interior de la casa más limpio). En las machiya el genkan
no ma viene a ser un espacio de recepción al que se ingresa lateralmente,
dado que la fachada de las machiya se encuentra la tienda. Estas
habitaciones se hallan frecuentemente decoradas con arreglos florales o
ikebana, un sutil toque de naturaleza dentro de la casa que da la bienvenida al
visitante.
Comedor o Daidoko
Usado como estar-comedor ocupa el centro de la casa
y se vincula a las otras habitaciones, particularmente a la cocina. Sin
embargo, difiere mucho de la concepción que se tiene en occidente, donde el
comedor y la sala son espacios separados. En la casa japonesa el espacio de
estar puede cambiar de función rápidamente y convertirse en espacio de comer,
de estudiar o hasta de dormir. El mobiliario no es fijo, lo que permite gran
flexibilidad al ambiente.
Zashiki u Oku-zashiki
El zashiki es el área más importante,
destinada para recibir a las visitas. Zashiki literalmente significa
"lugar del tatami" (antiguamente el tatami era tan caro
que sólo se lo colocaba en el área donde se recibían los huéspedes). Desde allí
puede observarse el jardín contiguo.
La relación con el jardín y su grado de integración
visual puede ser regulada mediante el uso de pantallas, que varían en su
transparencia de acuerdo al material del que están hechas. Hay tres tipos de
paneles, que pueden ser intercambiados según la hora del día o la estación del
año.
Fusuma:
Son pantallas opacas, compuestas por un marco de madera laqueado y cubiertas
por tela o un papel grueso. Generalmente suelen ser decoradas, ya sea con
dibujos de paisajes o elementos abstractos.
Shoji:
Son pantallas montadas sobre cuadrícula rectangular de madera, y cubiertas con
papel translúcido. El papel permite el paso de la luz pero oculta las visuales,
ofreciendo variados efectos lumínicos.
Sudare:
Son pantallas colgantes hechas con carrizos unidos por cordeles que permiten a
su vez recogerlas a manera de persianas, ampliado o reduciendo el nivel de
integración entre los espacios. Son muy usadas en verano, ya que permiten el
paso de la brisa y a la vez otorgan sombra al interior. Algunas veces pueden
ser dispuestos en diferentes planos, enmarcando la vista o estableciendo
distintos niveles de profundidad.
Jardín o Tsuboniwa
Contiguo al zashiki se encuentra el jardín,
que brinda luz a la casa y la separa del almacén. Es una forma de conectar la
casa con la naturaleza y desde donde se pueden experimentar los cambios de estación,
y es además un agente importante de ventilación en verano. Generalmente las machiya
cuentan con dos o tres pequeños jardines.
El tsuboniwa (niwa significa jardín y
tsubo es una medida de área equivalente a dos tatami) es llamado
así por su pequeña área, e incluye elementos decorativos como lámparas de
piedra, arreglos de gravilla y piedra, musgo y el tsukubai, una pequeña poza de
piedra que contiene agua, la que además de humectar el ambiente en verano
produce un agradable y ligero sonido del líquido en movimiento.
Escalera-cajón o Hakokaidan
La escalera, además de conducir a las habitaciones
privadas del segundo nivel, es trabajada con cajones y estantes, dando cuenta
de la gran utilidad práctica que caracteriza a las casas japonesas,
particularmente a las machiya, cuya área es restringida. Incluso algunas
escaleras tienen peldaños rebatibles, que pueden ser usados como áreas de
almacenamiento.
Baño o Furo
En las casas japonesas se diferencia el área donde
se llevan a cabo las funciones fisiológicas (el toilette, en francés)
del área donde se efectúa el baño, y ambas frecuentemente estaban fuera de la
casa. El baño, que se lleva a cabo generalmente en la noche, contiene dos
eventos. El primero, donde se lleva a cabo el aseo con jabón, se realiza fuera
del ofuro (o tina). Una vez completamente limpio y sin rastros de jabón, recién
se ingresa al ofuro. De esta forma el agua puede ser usada por varios
miembros de la familia.
Almacén o Kura
El
almacén de la tienda o kura se encuentra al final de la casa, e incluye
elementos especiales que permiten proteger la mercadería contra la lluvia
(tablones que sobre salen de la pared) o fuego (uso de revoques).
CASTILLO DE SHURI EN OKINAWA.
Se dice que el Castillo de Shuri fue construido alrededor del Siglo XIV, aunque ciertamente sus orígenes no se conocen. Fue el rey Sho Hashi quien unió los reinos y desde 1406 lo utilizo como su residencia. Sirvió como hogar de políticos, diplomacia extranjera y fue el corazón cultural del Reino de RyuKyu aproximadamente durante 500 años. Hasta que el rey Sho Tai último gobernante del reino, abdicara el trono a los gobernantes Meiji.
Es en el Castillo de Shuri donde las distintas culturas de las RyuKyu florecen a través de las artes ,tales como: lacados, tintes y textiles, cerámica y música.
El Castillo fue reducido a ceniza en la batalla de Okinawa en 1945,al terminar la II Guera Mundial, el ejercito estadounidense ocupo parte de la isla que permaneció bajo la administración estadounidense hasta 1972.
En 1992 se comenzó la restauración del Castillo conmemorando el 20 aniversario en que Okinawa fue devuelta a Japón.
El Castillo pintado de un rojo brillante representa el resurgir de la historia y cultura del Reino de Ryukyu y puede decirse que es el símbolo de Okinawa.
Su arquitectura tiene influencias Chinas y Japonesas. En diciembre del 2000 fue designado el 11th lugar Reserva Mundial de Japón.
Ana.
ARQUITECTURA TRADICIONAL
La arquitectura tradicional de la vivienda de Japón
debe sin duda ser considerada como la respuesta al entorno natural. El Japón
tradicional era ante todo una sociedad agrícola centrada en las actividades
relacionadas con el cultivo del arroz. Un sentido de cooperación, en vez de
enfrentamiento, se desarrollo entre los japoneses y su entorno natural. En
lugar de resistencia y defensa, el estado de animo fundamental era de acomodo y
adaptación. Esta misma actitud hacia el entorno natural caracterizaba a la
arquitectura tradicional que se adapto a las condiciones climáticas y
geográficas.
El clima japonés se caracteriza por veranos
calurosos y húmedos e inviernos fríos y secos, y en consecuencia la vivienda ha
evolucionado buscando hacer los veranos más soportables. La casa japonesa
tradicional esta ligeramente levantada del suelo y con el interior despejado
para permitir que corriera el aire sin restricciones entorno y por debajo de la
zona habitable. El solo y la frecuente lluvia se asociaban al calor y a la
humedad del verano, haciendo necesaria una estructura en la techumbre con
salientes largos y bajos para proteger el interior.
El desarrollo de los espacios individuales en el
interior de la vivienda fue un proceso gradual consistente en dividir el
espacio libre en espacios más pequeños y acordes con las necesidades humanas.
Las estancias individuales fueron separadas mas tarde por shoji y fusuma (puertas correderas) que podían ser retiradas para
conseguir un espacio único. La elección de los materiales de construcción venia
también determinada por el clima, siendo la madera preferida a la piedra. La
madera es en efecto mas sensible al clima, en verano es más fresca y absorbe la
humedad, y no tan fría en invierno. La madera se adapta perfectamente para
resistir los temblores de tierra frecuentes en Japón.
Ryokan es difícil de encontrar en
Tokio y en grandes ciudades debido a que muchos, son algo mas caros que los
hoteles; siendo más normal que se encuentren en áreas rurales donde el paisaje
les otorgue un valor añadido, como en las montañas, bosques centros termales (onsen)
o el mar, y es una de la experiencias que cualquier visitante a Japón no debe
perderse.
Características
Comidas
LA CASA JAPONESA
RYOKAN
En
1603 Tokugawa Ieyasu establece la capital de Japón en Edo (actual Tokio). En
1635 se impone el Sankintokai, por el
cual los señores feudales deben residir de forma rotatoria en Edo y dejar parte
de su familia como invitados del shogun.
Es
en el periodo Edo (1603 – 1838) donde se originan los primeros ryokan
(旅馆), que son un tipo de posada tradicional, de alguna
manera provocada por la gran cantidad de viajes que se empiezan a realizar, y
sobre todo (en un principio) en el camino que une Kioto y Edo (Tokio)
apareciendo la denominada ruta Tokaido
(東海道, Camino del Mar del Este), en cuyos
márgenes hay esplendidos ryokan.
Este
tipo de hospedería ahora esta extendida por todo el Japón, y responden a una
tipología tradicional de vivienda japonesa, que por lo general cuenta con
tatami en sus suelos, enmarañadas habitaciones, baños comunales, y otras áreas
públicas donde los visitantes van vestidos con el tradicional “yukata”, especie
de kimono ligero en algodón a modo de bata y que suele proporcionar el propio
establecimiento.
Ryokan es difícil de encontrar en
Tokio y en grandes ciudades debido a que muchos, son algo mas caros que los
hoteles; siendo más normal que se encuentren en áreas rurales donde el paisaje
les otorgue un valor añadido, como en las montañas, bosques centros termales (onsen)
o el mar, y es una de la experiencias que cualquier visitante a Japón no debe
perderse.
Características
Un
ryokan típico tiene un hall de entrada relativamente grande, con sofás y sillas
donde los huéspedes pueden sentarse y hablar. Las habitaciones se construyen
utilizando los métodos tradicionales japoneses: el suelo es de tatami, y las
puertas (y a veces las paredes) son correderas, dentro de la habitación se
encontrara un “tokonoma”, especie de
alacena, donde se situara un bonsái, una caligrafía, un ikebana o cualquier
muestra artística tradicional japonesa en función de la época del año y de las
sensaciones y sentimientos que se pretenden transmitir. A la entrada hay un
lugar donde los huéspedes han de quitarse los zapatos antes de pisar el suelo
de tatami, y ponerse unas zapatillas, que serán el calzado normal dentro del
ryokan. Suelen tener baños “ryokan ofuro”,
por lo general separados por sexo, utilizando el agua de una fuente termal
(onsen) si está cerca. La ropa de cama es un futón extendido sobre el suelo de
tatami que durante el día se recoge en un armario (no hay cama al estilo
occidental). Al entrar por primera vez en la habitación, por lo general se
encontrara una mesa baja y algunos utensilios para hacer té. Mientras que los
clientes están fuera, el personal (generalmente llamado Nakai) moverá la mesa a
un lado y colocará el futón.
Comidas
La
mayoría de los ryokan ofrecen la cena y el desayuno tradicionales japoneses,
por lo que la mayoría de los visitantes toman sus comidas en el ryokan, que
generalmente cuida y promociona este servicio, que es normalmente de muy buena
la calidad. La comida consiste en la tradicional cocina japonesa conocida como
“kaiseki”, que ofrece especialidades
regionales y de temporada. (kaiseki se refería originalmente a comidas
ligeras servidas durante una ceremonia del té, y hoy en día se refiere a una
comida que consiste en una serie de platos pequeños y variados). Algunos ryokan
tienen un comedor comunal, pero la mayoría sirven la comida en las habitaciones
de los huéspedes.
(luces, sombras y vacío)
Al
entrar en la casa japonesa todo es un juego de luces y sombras rodeadas de
vacío. La estructura de la casa japonesa es de madera, donde los principales
elementos con las columnas sobre una base de piedra y conectadas
horizontalmente con las vigas. Generalmente el techo está cubierto con tablas o
tejas, y es considerado el símbolo de unión entre la naturaleza y el hombre,
entre el cielo y la tierra, su dimensión, proporciones y diversas formas
contribuyen a la estética de la construcción y cualifica al espacio interior.
El techo en la arquitectura japonesa simboliza albergue. La casa japonesa es
construida desde el nivel más alto hacia abajo. El techo y su cubierta se
acaban primero, los elementos del piso, las esteras tatami y los shoji y fusuma son instalados una vez que el techo esta terminado.
El
tatami es un lugar de pureza, un lugar para sentarse. La casa tradicional
japonesa tiene poca necesidad de muebles. Los muebles construidos son tan solo
el baño llamado “oshire” situado
entre dos habitaciones, los entrepaños higaidana
que conforman la cocina, y en la habitación principal un tokonoma. La mayoría de las paredes son móviles. En la casa
japonesa se pone énfasis en el carácter horizontal de la construcción por el
hecho de situar el punto donde se aprecia mas bajo que el occidental (el de una persona sentada en el suelo),
teniendo especial cuidado en la distribución de la luz en los interiores de las
casas, al ser una característica estética propia la de evocar la cualidad de la
luz y de la sombra, tal y como se hace en la poesía japonesa que evoca la
oscuridad y la invisible profundidad.
Todo
en la casa japonesa está modulado por el tatami, por su textura y color y
especialmente su tamaño que proviene de la dimensión humana. El tamaño del
espacio se conoce de acuerdo al número de tatami de cada estancia, el cual genera el tamaño de
la casa o apartamento. El sistema de tatami modula la casa desarrollando un
sistema de estandarizaciones, llamado “kiwari”,
propiciando las condiciones para la prefabricación y la producción masiva. De
acuerdo con el uso múltiple de las estancias, el número de lugares en la casa
es múltiple y se adapta a cada momento.
Actualmente
las casas tradicionales japonesas tienen poco mobiliario ya que un comedor,
estudio, o sala durante el día se convierte en dormitorio durante la noche, los
muebles son almacenados en la bodega o en la tradicional bodega kura, y extender el colchón de dormir (shiki-futon) cada noche en el centro del
espacio, lo convierte en dormitorio. Por la mañana el espacio es arreglado y
dispuesto para los diferentes propósitos que se requieran. El resultado de ésta
multiplicidad de funciones provoca que las distintas estancias sean nombradas,
simplemente como el primer cuarto, el segundo cuarto o la habitación de en
medio o la del interior. Existen otros espacios diferentes por su específico
uso como es la cocina llamada daidokoro
la cual es usada cercana a las áreas relacionadas como el comedor.
Los
postes sustentan el techo dejando a las paredes sin función estructural. Las
paredes son hechas de una delicada madera de celosía cubierta de papel de arroz
traslúcido, estas son móviles, y pueden deslizarse.
El
concepto del espacio japonés es muy diferente al concepto occidental del
espacio, ya que el espacio japonés está conformado con un suave encierro de
marcos de madera con porciones de luz. Este sistema crea un continuo espacial.
Sin límites entre dos espacios y con divisiones casi invisibles. La casa se
encuentra abierta, bien ventilada y sobretodo construida para el intenso verano,
su apertura pierde los límites entre el exterior y el interior. Entre los
elementos decorativos interiores solo hay pinturas (figuradas o caligrafía) y
arreglo de flores o ikebana, que son cambiadas de acuerdo a la estación.
Existe
una zona transitoria entre el interior y el exterior. Este espacio es
representado por un pórtico o antesala genkan,
y está rodeada por una veranda llamada engawa
ubicada debajo de los aleros. Es el punto intermedio entre el espacio interno y
el espacio externo. La veranda está ligeramente mas abajo que el piso interior
de tatami. En la parte interior de la veranda hay un sistema de puertas
deslizantes shoji cubiertas con papel
traslúcido, muy cercano a ellas se encuentra un sistema deslizante de madera
llamado amado que protege contra la
lluvia y la nieve. En algunas ocasiones son colocados unas persianas de bambú
enrollados debajo de los aleros llamados sudare.
Dentro
de la casa existe otro sistema de paredes que permiten el uso del espacio en
forma múltiple. Esta secuencia de paredes, permite crear espacios pequeños o
grandes que con esta flexibilidad de espacio da por resultado una estructura de
espacio múltiple. Donde los espacios son envueltos alrededor de uno y otro,
dándole una ilusión de profundidad en la composición espacial. Este carácter
ambiguo de disposición espacial está reflejado en una carencia clara y
definitiva de jerarquía geométrica, pero es un refinado sistema de jerarquía a
través de espacios interiores y exteriores.
El
espacio no es creado ni percibido cómo una entidad tridimensional ni tiene una
cualidad espacial. En Japón el espacio ha sido interpretado y entendido a
través de todos los sentidos que envuelve las capacidades multidimensionales
del cuerpo humano, tales como la intuición, emociones y memorias. El espacio
arquitectónico en Japón ha sido dejado a un lado y anulado, dejando tan solo el
vacío. Este vacío está representado en casi todos los aspectos de la vida
cotidiana y de las artes de los japoneses.
TOKONOMA
En
las casas japonesas tradicionales (y algunas casas modernas) existe una
dependencia denominada “washitsu” (sala de estilo japonés), y en ella elemento
destacado es el tokonoma (床の間) que sirve como punto focal (sutil) en el
interior. El tokonoma (lit: piso / cama + espacio) es un nicho levantado en el
que se muestra alguna obra del arte japonés, como un rollo colgante (Kakemono),
un arreglo de flores, una caligrafía (shodo) o un bonsái, donde el invitado
deberá pararse para contemplar lo allí colocado que será una fiel muestra de
los sentimientos que se pretenden transmitir por el dueño de la casa, a la vez
que un gesto de admiración como pieza artística expuesta, y que varia en
función de la época del año en que nos encontremos.
Esta
costumbre de tener este espacio integrado empotrado en una habitación japonesa
se remonta a más de 500 años, y si bien el tokonoma ha perdido mucho de su
carácter religioso, sigue siendo una parte importante de la sala de honor
japonés.
No
esta permitido ponerse de pie en el interior del tokonoma. Cuando se reúnen en
una sala tradicional japonesa, el invitado más honorable es el que esta sentado
delante del tokonoma. Sin embargo, en otro ejemplo de refinamiento tradicional
japonesa y de humildad, se dice que el huésped debe estar sentado de espaldas
al tokonoma, para no engrandecer el contenido artístico de la tokonoma.
El Vacío.
El
vacío crea espacio y una sensación de apertura, incluso en áreas relativamente
pequeñas. Sin importar el tamaño de la washitsu, las habitaciones tenían una
sensación de amplitud. Esto es así porque no hay prácticamente nada más en la
sala para distraer su atención. Es el vacío o la exclusión de la decoración las
que guían la vista hasta el punto focal de la habitación. El ojo de esta manera
se dirige al tokonoma para observar la pieza artística allí colocada, que ira
cambiando en función de la época del año, o del tipo de invitado a quien va
dirigida pudiendo ser tan personal y distinta como las distintas sensaciones
que se quieran trasmitir. Un desnudo washitsu, estará construido con elementos
naturales, en un diseño con una estrecha relación con la naturaleza. Este
equilibrio armonioso con la naturaleza, y el jardín existente o sugerido a las
afueras de las paredes de la sala, se refleja en el contenido de temporada del
propio Tokonoma. En cierto modo, entonces, la amplitud de la habitación se
extiende más allá de la habitación en sí, a la inmensidad del mundo exterior.
ARQUITECTURA JAPONESA
(santuarios y templos)
La
arquitectura tradicional japonesa puede dividirse en tres categorías:
santuarios, templos, y casas (aunque puede incluirse también castillos, teatros
y escuelas). En cuanto a los santuarios, ha habido sitios sagrados desde
tiempos inmemoriales. En Japón, así como en otras civilizaciones, el acto de
adoración ha sido parte de la vida desde tiempos antiguos, y las primeras
formas de arquitectura de santuario aparecieron al final del siglo VIII y
principios del IX. Luego, cuando las influencias del budismo y el confucianismo
empezaron a sentirse en Japón, los estilos arquitectónicos empezaron a cambiar.
La segunda
categoría son los templos. Junto con la introducción del budismo en Japón a
mitad del siglo VI, las técnicas de arquitectura de los templos fueron
importadas de Asia. Comenzando con Asukadera en Nara, los templos fueron
construidos en diferentes partes del país. En los años siguientes, las
doctrinas y las creencias de las distintas sectas budistas influyeron en la
construcción de sus templos, dando lugar a una más amplia variedad de estilos y
formas estructurales.
SANTUARIOS
A diferencia
de las religiones monoteístas, como el Cristianismo o el Islamismo, en Japón
existe la creencia del “yaoyorozu-no-kami” (la existencia de ocho
millones de dioses, que habitan en la naturaleza). Por tanto, en tiempos
antiguos, se creía que las montañas, los grandes árboles y rocas eran dioses, y
la gente les rezaba y dedicaba ritos allí donde se encontraban. Ese fue el
origen de los santuarios.
Los primeros
santuarios fueron diseñados en un estilo único que no incluía un edificio
principal (honden), aunque tenía un sitio para la adoración del elemento
natural en cuestión (haiden). El santuario de Omiwa en Nara es un
ejemplo de este tipo, y todo el monte Miwa ubicado también en Nara es venerado
como una deidad. En los siguientes siglos, se desarrolla una forma original de
santuarios japoneses, en el cual se encontraba regularmente una edificación
principal. Ejemplos representativos son el Gran Santuario de Sumiyoshi
(prototipo del estilo sumiyoshi), son el Gran Santuario de Izumo (estilo
taisha) y el Santuario de Ise (estilo shinmei).
En el siglo VI
el budismo llegó a Japón y se convirtió en una significativa religión nacional.
Incluso ya desde tiempos antiguos, Japón manifestó una admiración por las cosas
nuevas y la adopción de ideas foráneas, las gráciles y onduladas curvas de los
techos de los templos budistas fueron introducidas como parte de los
santuarios.
Es más, la
doctrina del “honji suijaku”, que sugiere que los dioses japoneses son
manifestaciones temporales de los budas en este mundo, igualó los dioses Shinto
con las deidades budistas y ayudó a contener la oposición hacia la repentina
popularidad del budismo. Por tanto, los santuarios sintoístas empezaron a tomar
las características del budismo. Los santuarios incluyeron elementos como
corredores conectando edificios, puertas de dos niveles y pagodas, así como
adquirieron mayor tamaño. Manteniendo sin embargo elementos unicos el
shintoismo, como por ejemplo, los torii, o puertas que marcan la entrada
a un lugar sagrado, o los caminos sando, que llevan en línea directa a
los santuarios, los pares de komainu, los perros-leones que se apuestan
como guardianes al ingreso del santuario, los grandes troncos llamados que se
proyectan en forma de V, y los chigi, protuberancias en forma de cuerno
ubicadas en el borde de los techos.
TEMPLOS
La historia de
la arquitectura de templos japoneses comenzó con la expansión del budismo a
inicios del siglo VII. Esta no tenía que ver sólo con aspectos de fe, sino
también con influencias políticas, ya que el budismo favorecía una importante
estructura jerárquica y centralizada, favorable a los intereses de los
emperadores.
Hasta el
inicio del periodo Edo (1603-1867), los clavos fueron raramente usados en
templos japoneses. Mientras se adoptaban patrones arquitectónicos asiáticos,
los japoneses incluyeron elementos autóctonos de su país, especialmente
afectado por terremotos. Uno de ellos fue el kumimono, un soporte de
vigas y pilares usado para soportar los aleros de los techos de las pagodas.
Gracias a una compleja organización de gran bloque de soporte (daito 大斗) con un brazo
de soporte (hijiki 肘木)
insertado en él, el kumimono era capaz de soportar grandes techos, y ha
soportado muy bien los embates del tiempo.
También, los
estilos Gran Buda (daibutsuyo) y Zen (zenshuyo) desarrollaron
grandes techos de gráciles curvas que eran soportados por grandes vigas y
pilares. Tampoco debe pasarse por alto la belleza de los tallados de todos
estos elementos estructurales.
Es más, la
combinación de varios elementos arquitectónicos en un solo sitio es otra
característica importante de los templos budistas, que también incluye pagodas,
campanarios y grandes puertas de dos niveles.
muy buena info, gracias por publicarla, aunque estaria bueno que ampliaran mas del tema y no se concentren solo en las machiyas
ResponderEliminarEsta página se ira completando conforme vayan surgiendo los distintos temas.
EliminarMuchas Gracias