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viernes, 7 de septiembre de 2012

059 CASTILLO DE SHURI


CASTILLO DE SHURI EN OKINAWA.

Se dice que el Castillo de Shuri fue construido alrededor del Siglo XIV, aunque ciertamente sus orígenes no se conocen. Fue el rey Sho Hashi quien unió los reinos y desde 1406 lo utilizo como su residencia. Sirvió como hogar de políticos, diplomacia extranjera y fue el corazón cultural del Reino de RyuKyu aproximadamente durante 500 años. Hasta que el rey Sho Tai último gobernante del reino, abdicara el trono a los gobernantes Meiji.

Es en el Castillo de Shuri donde las distintas culturas de las RyuKyu florecen a través de las artes ,tales como: lacados, tintes y textiles, cerámica y música.

El Castillo fue reducido a ceniza en la batalla de Okinawa en 1945,al terminar la II Guera Mundial, el ejercito estadounidense ocupo parte de la isla que permaneció bajo la administración estadounidense hasta 1972.

En 1992 se comenzó la restauración del Castillo conmemorando el 20 aniversario en que Okinawa fue devuelta a Japón.

El Castillo pintado de un rojo brillante representa el resurgir de la historia  y cultura del Reino de Ryukyu y puede decirse que es el símbolo de Okinawa.

Su arquitectura tiene influencias Chinas y Japonesas. En diciembre del 2000 fue designado el 11th lugar Reserva Mundial de Japón.

Ana.

viernes, 15 de junio de 2012

035 KARATE DO TRADICIONAL: Una sencilla descripción


KARATE DO TRADICIONAL
(una sencilla descripción)

El Karate-do, no es un deporte, es un sistema de defensa personal creado en la isla de Okinawa (Japón) basado en la transmisión hasta el presente, de la experiencia y conocimientos de maestros expertos no solo en las técnicas de lucha, sino también en las del mantenimiento de la salud, el fortalecimiento del cuerpo y su armonización con la mente.

Al menos en nuestra sociedad actual, tener un enfrentamiento físico, puede ser mas o menos probable, pero nuestra salud debe ser conservada toda la vida.

La practica del Karate-do, observando los principios de la Medicina Oriental, respeta las capacidades de cada cual, según su estado físico, edad y sexo, conservándolas o mejorándolas según el caso. Paralelamente se aprende un sistema muy completo de defensa personal, pero además se considera que es importante transmitir a sus practicantes, y especialmente siendo niños, valores como la auto superación, el valor del esfuerzo, el compañerismo, el respeto y la humildad.

¿Cómo se consiguen estos ambiciosos objetivos? A través de la correcta postura, la correcta respiración, la correcta concentración y el correcto comportamiento.

Una sesión de Karate-do tradicional se desarrolla normalmente de la siguiente manera:

Primero unos instantes de meditación, de desconexión con el exterior, de concentración de nuestra mente dispersa y del restablecimiento de la respiración adecuada.

A continuación unos ejercicios de acondicionamiento nos preparan para que nuestras articulaciones, músculos y tendones funcionen correctamente y nuestra postura sea la adecuada. También para que nuestros sistemas nervioso, circulatorio y energético aumenten sus niveles de disponibilidad.

Seguimos con la práctica de la técnica. El aprendizaje y la repetición, en solitario o por compañeros, ejercitan nuestra mente y nuestro cuerpo y nos dan las bases para solventar diferentes situaciones de manera espontánea según las posibilidades de cada cual.

Al final, la vuelta a la calma a través de estiramientos e incluso la aplicación de presiones sobre puntos acupunturales, devuelve nuestros sistemas a la normalidad y desbloquea nuestro cuerpo.

Durante toda la sesión el sensei (maestro) cuida de la correcta posición de los alumnos y del correcto aprendizaje de las técnicas. Los alumnos mantendrán la concentración justa y la respiración adecuada, así como un comportamiento educado y respetuoso según las reglas de etiqueta del Karate-do.

El Karate tradicional no es un sistema hecho para ganar, sino para no perder, no para atacar, sino para defender, no para matar sino para vivir. Es una forma de vida que busca nuestra verdadera esencia en el trabajo constante, no en éxitos puntuales y pasajeros, y nos transforma en personas seguras, positivas y respetuosas.  El karate así entendido es una actividad que nos acompañará toda nuestra vida.

AAS