RELIGION EN JAPON.
La vida religiosa de Japón es rica y variada, con
una larga historia de interacciones entre un variado número de tradiciones
religiosas, incluyendo el shintoismo, el budismo, el confucionismo y el
cristianismo. La
Constitución en Japón en su artículo 20 declara que se
garantiza la libertad de religión para todos.
El culto a los kami,
los dioses sintoístas, surgió poco a poco en los albores de la historia de
Japón, cristalizando en un sistema religioso imperial al inicio del periodo
Nara (710-794). El shintoismo, la única religión mayoritaria originaria del Japón,
puede ser considerada como un conjunto de prácticas y actitudes estructuradas
de manera flexible y arraigada en las comunidades locales y al mismo tiempo
como una religión rígidamente establecida y organizada desde una concepción
imperial y estatal. Tras la Restauración
Meiji de 1868, el shintoismo se convirtió en la religión del
Estado, condición oficial que perdió a partir de la Segunda Guerra Mundial.
Numerosos santuarios sintoístas organizan festivales anuales y costumbres tales
como la de ir al santuario (o al templo budista) el día del Año Nuevo y llevar
a los recién nacidos al santuario local.
El budismo fue introducido a través de Corea a
mediados del siglo VI y se extendió rápidamente entre la aristocracia en el
poder. El Príncipe Shotoku otorgó el apoyo imperial para la construcción de
templos importantes como el templo de Horyuji en la prefectura de Nara. El
budismo Zen, que iba a ser favorecido por la clase militar dominante, llegó
desde China en el siglo XII y en el mismo periodo florecieron igualmente sectas
populares, como la secta de la Tierra Pura.
Hoy día el budismo esta dividido en 13 sectas principales que mantiene 80.000
templos budistas. Los ritos budistas son usados en alrededor del 90% de los
funerales de Japón (los ritos sintoístas son usados por el 90% en las
presentaciones de los recién nacidos).
Los misioneros jesuitas trajeron con ellos el
cristianismo a Japón a mediados del siglo XVI, pero en el siglo siguiente el
gobierno Tokugawa prohibió esta religión y expulso a todos los misioneros. El
cristianismo fue introducido de nuevo en Japón durante el periodo Meiji (1868 –
1912).
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