martes, 10 de julio de 2012

042 ETA (Parias del Japón)


ETA
Parias del Japón.

Los eta (穢多) fueron un grupo social desclasado en la época de Tokugawa (siglo XV) cuando se establecieron oficialmente las 4 clases o castas japonesas que por orden eran:

1. Samurai o guerreros ( shi que literalmente se traduce por señor o caballero). Se dice que pudieron llegar a representar el 5% de la población.
2. Agricultores ( nō)
3. Artesanos ( kō)
4. Mercaderes ( shō)

Y de hecho, el sistema es conocido por ello como ShiNōKōShō (士農工商). Este sistema como muchas otras cosas en Japón fue importada de China donde se estableció por influencia del clásico confunciano "Anales de Primavera y Otoño".

Como en la mayoría de los sistemas de castas (mibun seido 身分制度 - sistema de castas), más allá de la impermeabilidad de las clases suele existir una casta que es considerado desclasados y parias. En el Japón feudal, aparte de los indígenas de las regiones septentrionales existían dos infraclases. La primera de ellas era los ya nominados eta y la segunda era la de los hinin (非人 que se traduce por no humanos). Mientras que los hinin eran segregados por su condición de ex-convictos o vagabundos también incluían profesiones como las de barrendero o bufón. Los eta se caracterizaban especialmente por formar parte de un grupo de profesiones relacionados con la muerte como sepultureros, verdugos, carniceros o trabajadores del cuero. Es posible que sea sorprendente que dichas profesiones sean consideradas como indignas, pero en la época feudal el budismo japonés influenciaba mucho la vida social y denigraba todo lo que tuviera que ver con la muerte de personas y animales y por otro lado el Shinto que influenciaba en las raíces japonesas en el sentido del kegare ( que se traduciría por deshonra o más literalmente suciedad). En ese sentido, la clase aristocrática no comía carne y era símbolo de barbarie y de falta de conciencia de salud e higiene. Y por ello, en oposición, eran los eta los que sí que disponían de una dieta más cárnica y con un menú que era considerado indigno de un aristócrata por ello a veces eran conocidos como “comedores de ajo”.

Literalmente eta se compone de 2 kanji, el primero de ellos que se lea kega y se traduce por suciedad o deshonor y que se lee ooi y se traduce por montón o grupo. Por ello los eta eran un grupo de sucios o deshonorables. Los eta eran segregados socialmente hasta el punto que vivían en propios asentamientos alejados de los núcleos de población. Esta segregación incluso era guardada y contenida espacialmente para que no hubiera ningún tipo de encuentro entre ellos y el resto de las clases. De hecho una frase popular decía que los eta valían 1/7 parte de lo que vale una persona normal.

Además de la segregación social, también se veían expuestos a una segregación moral. Los templos de culto no podían ser los mismos y mientras que los budistas eran renombrados tras su deceso con nombres religiosos (conocidos como kaimyō 戒名) ellos eran llamados por nombres deshonorables como bestia, innoble, sirviente, etc. Su aislamiento hacía que no fueran considerados para el pago de tasas pues no podían tener posesiones de campos de arroz. Algunos de ellos eran llamados de kawaramono (河原者 que se traduce por persona de los campos en los ríos) porque vivían en bancales cerca de los ríos que no podían hacerlos campos de arroz.

Los historiadores no han sabido dilucidar si los eta fueron segregados originalmente o fue consecuencia social de sus actividades. No obstante, a pesar del tiempo pasado, aún hoy se mantiene esta discriminación. Ahora sus descendientes son llamados de Burakumin (部落民 que se traduce por gente de las aldeas ya que sus asentamientos eran llamados de Buraku). Hoy en día está formado por 3 millones de habitantes en Japón y representa la segunda minoría más grande después de los descendientes Ainos. Aunque existen partidos e iniciativas para acabar con la lacra de la discriminación racial, aún hoy día existen registros como los koseki (registros familiares gubernamentales) en los que empresas o familias pueden buscar la profesión de los antepasados para establecer lo apropiado o no para contratar o casar.

Extraído de un blog de Luis Nogueira Serrano

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