martes, 30 de octubre de 2012

074 LA CASA JAPONESA (luces sombras y vacio)


LA CASA JAPONESA
(luces, sombras y vacío)

Al entrar en la casa japonesa todo es un juego de luces y sombras rodeadas de vacío. La estructura de la casa japonesa es de madera, donde los principales elementos con las columnas sobre una base de piedra y conectadas horizontalmente con las vigas. Generalmente el techo está cubierto con tablas o tejas, y es considerado el símbolo de unión entre la naturaleza y el hombre, entre el cielo y la tierra, su dimensión, proporciones y diversas formas contribuyen a la estética de la construcción y cualifica al espacio interior. El techo en la arquitectura japonesa simboliza albergue. La casa japonesa es construida desde el nivel más alto hacia abajo. El techo y su cubierta se acaban primero, los elementos del piso, las esteras tatami y los shoji y fusuma son instalados una vez que el techo esta terminado.

El tatami es un lugar de pureza, un lugar para sentarse. La casa tradicional japonesa tiene poca necesidad de muebles. Los muebles construidos son tan solo el baño llamado “oshire” situado entre dos habitaciones, los entrepaños higaidana que conforman la cocina, y en la habitación principal un tokonoma. La mayoría de las paredes son móviles. En la casa japonesa se pone énfasis en el carácter horizontal de la construcción por el hecho de situar el punto donde se aprecia mas bajo que el occidental  (el de una persona sentada en el suelo), teniendo especial cuidado en la distribución de la luz en los interiores de las casas, al ser una característica estética propia la de evocar la cualidad de la luz y de la sombra, tal y como se hace en la poesía japonesa que evoca la oscuridad y la invisible profundidad.

Todo en la casa japonesa está modulado por el tatami, por su textura y color y especialmente su tamaño que proviene de la dimensión humana. El tamaño del espacio se conoce de acuerdo al número de tatami  de cada estancia, el cual genera el tamaño de la casa o apartamento. El sistema de tatami modula la casa desarrollando un sistema de estandarizaciones, llamado “kiwari”, propiciando las condiciones para la prefabricación y la producción masiva. De acuerdo con el uso múltiple de las estancias, el número de lugares en la casa es múltiple y se adapta a cada momento.

Actualmente las casas tradicionales japonesas tienen poco mobiliario ya que un comedor, estudio, o sala durante el día se convierte en dormitorio durante la noche, los muebles son almacenados en la bodega o en la tradicional bodega kura, y extender el colchón de dormir (shiki-futon) cada noche en el centro del espacio, lo convierte en dormitorio. Por la mañana el espacio es arreglado y dispuesto para los diferentes propósitos que se requieran. El resultado de ésta multiplicidad de funciones provoca que las distintas estancias sean nombradas, simplemente como el primer cuarto, el segundo cuarto o la habitación de en medio o la del interior. Existen otros espacios diferentes por su específico uso como es la cocina llamada daidokoro la cual es usada cercana a las áreas relacionadas como el comedor. 

Los postes sustentan el techo dejando a las paredes sin función estructural. Las paredes son hechas de una delicada madera de celosía cubierta de papel de arroz traslúcido, estas son móviles, y pueden deslizarse.

El concepto del espacio japonés es muy diferente al concepto occidental del espacio, ya que el espacio japonés está conformado con un suave encierro de marcos de madera con porciones de luz. Este sistema crea un continuo espacial. Sin límites entre dos espacios y con divisiones casi invisibles. La casa se encuentra abierta, bien ventilada y sobretodo construida para el intenso verano, su apertura pierde los límites entre el exterior y el interior. Entre los elementos decorativos interiores solo hay pinturas (figuradas o caligrafía) y arreglo de flores o ikebana, que son cambiadas de acuerdo a la estación.

Existe una zona transitoria entre el interior y el exterior. Este espacio es representado por un pórtico o antesala genkan, y está rodeada por una veranda llamada engawa ubicada debajo de los aleros. Es el punto intermedio entre el espacio interno y el espacio externo. La veranda está ligeramente mas abajo que el piso interior de tatami. En la parte interior de la veranda hay un sistema de puertas deslizantes shoji cubiertas con papel traslúcido, muy cercano a ellas se encuentra un sistema deslizante de madera llamado amado que protege contra la lluvia y la nieve. En algunas ocasiones son colocados unas persianas de bambú enrollados debajo de los aleros llamados sudare.

Dentro de la casa existe otro sistema de paredes que permiten el uso del espacio en forma múltiple. Esta secuencia de paredes, permite crear espacios pequeños o grandes que con esta flexibilidad de espacio da por resultado una estructura de espacio múltiple. Donde los espacios son envueltos alrededor de uno y otro, dándole una ilusión de profundidad en la composición espacial. Este carácter ambiguo de disposición espacial está reflejado en una carencia clara y definitiva de jerarquía geométrica, pero es un refinado sistema de jerarquía a través de espacios interiores y exteriores.

El espacio no es creado ni percibido cómo una entidad tridimensional ni tiene una cualidad espacial. En Japón el espacio ha sido interpretado y entendido a través de todos los sentidos que envuelve las capacidades multidimensionales del cuerpo humano, tales como la intuición, emociones y memorias. El espacio arquitectónico en Japón ha sido dejado a un lado y anulado, dejando tan solo el vacío. Este vacío está representado en casi todos los aspectos de la vida cotidiana y de las artes de los japoneses.

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