Los kakemonos
(掛け物絵) son
pinturas tradicionales que se pueden enrollar o desplegar verticalmente para
colgarlas y que en la cultura japonesa equivalen a nuestros cuadros, Se
diferencian de los cuadros occidentales por estar normalmente realizadas sobre
seda o papel, y en lugar de un bastidor con un marco se colocan pegados a una
montura que les hace de soporte, compuesto sobre todo en los antiguos, de
brocados o un conjunto de papel, casi siempre de textura textil o vegetal,
sobre el que se adhiere un capa de tejido, llevando el conjunto una barrita
superior para armar al colgarlo y otra más gruesa y cilíndrica inferior que le
hace estirar por su peso y permite enrollar en la misma. Es de advertir que
estas barras inferiores son generalmente de madera, cuando se indica hueso,
marfil, cerámica, u otros materiales estos ocupan muchas veces solamente los
extremos visibles.
La ventaja de
estas pinturas es que se enrollan pudiendo fácilmente lo mismo coleccionarlas
que exponerlas. Es costumbre antigua en Japón el tener varias en cada casa que
por su facilidad de quitar, enrollar y poner se rotaban periódicamente, lo que
permitía ir disfrutando alternativamente de todos los que se poseyeran. Dadas
las dimensiones de las monturas de esta piezas, sobre todo en altura, en
occidente (y ahora también en Japón debido a los tamaños de los pisos modernos)
suelen separarse de las mismas y enmarcarlas. Sin embargo dado su fácil
almacenaje y el poco espacio que ocupan enrollados hay cada vez más un activo
coleccionismo de estas bellas piezas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario