CEREMONIA DEL TÉ.
(Fases)
La ceremonia normal del té consta de las siguientes fases:
1) una comida
ligera, llamada kaiseki;
2) el
naka-dachi, o pausa intermedia;
3) el goza-iri,
que es la fase principal en la que se sirve un tipo de té espeso.
4) el usucha,
fase final, en la que se sirve té claro.
La ceremonia completa dura unas cuatro horas, aunque muchas veces
se limita a la última fase o usucha, que dura alrededor de una hora.
1) Primera fase.
El
maestro de ceremonias recoge a los invitados y los conduce por el
camino del jardin hasta la sala de ceremonias. A un lado del camino a la entrada hay un recipiente de piedra con agua fresca,
en el que los invitados se lavan las manos y se enjuagan la boca. La entrada a
la sala de ceremonias es muy baja, lo cual quiere decir que los invitados
tienen que bajar la cabeza como símbolo de humildad al entrar. Los invitados entran a
gatas. En la sala
hay un infernillo con agua caliente, los invitados en número de cinco, se reúnen en la
sala de
espera.
Una vez dentro, cada invitado se arrodilla ante el tokonoma donde se
encuentra o una pintura, o una caligrafia o cualquier otro elemento artistico
que acompañe a esta ceremonia (se tiene en cuenta la estación del año), y tras
contemplarlo hace una reverencia respetuosa. Luego hace las mismas operaciones
ante el hornillo o brasero. Una vez que todos los invitados han terminado de
admirar estos artículos, se sientan; el invitado principal se coloca más cerca
que los demás del maestro de ceremonias. Una vez que éste y los invitados han
intercambiado las cortesías de rigor, se sirve el kaiseki, que termina con unos
dulces a manera de postre.
2) Nakadachi.
Cuando el maestro de ceremonias lo indica, los invitados se
retiran a un banco destinado a ello, colocado en el jardín interior que rodea a
la casa de té.
3) Goza-iri.
El anfitrión hace sonar un gong de metal, situado cerca de la sala
de ceremonias, con lo cual indica el principio de la fase principal del rito.
La costumbre establece que el gong se haga sonar cinco o siete veces. Después
de repetir las abluciones purificadoras en el recipiente de agua fresca, los
invitados vuelven a entrar en la sala.
Un ayudante retira las persianas de juncos que cubren las ventanas
por fuera, con el fin de dar más luz al interior. La estampa o pintura ha
desaparecido y, en su lugar, se ve en el tokonoma un recipiente con flores
artísticamente arregladas (ikebana), o un bonsai. Los recipientes de cerámica para el agua y
el té están ya colocados en sus sitios. A continuación, entra el maestro de
ceremonias, que lleva en sus manos la tetera, con el agitador de bambú dentro y
el cucharón de bambú encima.
Los invitados admiran el adorno floral y la tetera, igual que
hicieron anteriormente con la estampa y el brasero, al principio de la primera
fase. El maestro se retira a la sala de los preparativos y no tarda en volver
con el recipiente para el agua sobrante, la cuchara y el soporte para la tetera
o la cuchara. A continuación, limpia el recipiente del té y el cucharón con un
paño especial que recibe el nombre de fukusa y enjuaga el agitador en el cuenco
del té, después de verter en éste agua caliente del recipiente colocado al
fuego. Luego, vierte este agua en el recipiente destinado a ello y limpia el
cuenco con el chakin (paño de hilo).
El maestro de ceremonias levanta el cucharón y el recipiente del
té y coloca el matcha (tres cucharadas por invitado) en el cuenco; a continuación,
llena el cucharón de agua caliente, que toma del recipiente colocado al fuego,
vierte un tercio del agua en el cuenco y devuelve el resto al recipiente. Luego
agita la mezcla con el agitador de bambú, hasta que adquiere un aspecto y
consistencia similar a una sopa de guisantes espesa. Esta mezcla recibe el
nombre de koicha.
El matcha que se utiliza para esta fase de la ceremonia está hecho
de las hojas jóvenes de plantas que tengan más de veinte años de edad (hasta un
máximo de setenta o más años). El maestro de ceremonias coloca el cuenco en su
lugar correcto cerca del brasero o el hornillo y el invitado principal se
desplaza sobre sus rodillas para tomar el cuenco. Este invitado hace una
inclinación a los demás y coloca el cuenco en la palma de su mano izquierda, al
tiempo que lo sujeta por uno de sus lados con la derecha. Toma un sorbo, alaba
su sabor y toma otros dos o más sorbos. Luego limpia la parte del borde que ha
tocado con los labios, sirviéndose de una de las servilletas de papel (kaishi),
y pasa el cuenco al invitado siguiente que repite las operaciones del invitado
principal.
El cuenco pasa luego sucesivamente a los demás invitados hasta que
todos han bebido su parte del té. Una vez que ha terminado el último invitado,
éste devuelve el cuenco al invitado principal, que lo entrega al maestro de
ceremonias.
4) Usucha.
Se diferencia del koicha sólo en que el matcha que se utiliza está
hecho de las hojas jóvenes de plantas que tienen entre tres y quince años de
edad. La mezcla verde que se consigue así tiene consistencia espumosa.
Las normas que se observan en esta parte de la ceremonia son
similares a las que rigen el koicha, con las siguientes diferencias:
a) El té se
prepara individualmente para cada invitado con dos (o dos y media) cucharadas
de matcha. Cada invitado debe beber su cuenco entero.
b) Cada
invitado debe limpiar la parte del borde del cuenco que ha tocado con los
labios con los dedos de su mano derecha y luego limpiarse los dedos con el
kaishi.
Una vez que el maestro de ceremonias ha sacado los utensilios de
la sala, hace una reverencia en silencio ante los invitados con lo que indica
que el rito ha terminado.
Los
invitados entonces abandonan la sukiya, seguidos por la mirada del maestro de
ceremonias.
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