martes, 26 de junio de 2012

038 SHUGYO (entrenamiento austero)

SHUGYO


Es difícil establecer una definición precisa de este término. Su significado varía según sea utilizado en vías espirituales como el budismo Shugendo o Zen, o en la Vía de las Artes Marciales (Budô), aunque una traducción general podría ser “entrenamiento austero”.

Shugyo tiene una parte espiritual y material a la vez, de hecho uno de sus fines es la comprensión íntima y personal de que el cuerpo y la técnica están indisolublemente ligados al espíritu. Es una búsqueda de conocimiento a la vez que un entrenamiento físico, que nos lleva un poco más allá de la práctica cotidiana y del autoconocimiento, más allá del enfrentamiento con un adversario.

El entrenamiento Shugyo, tradicionalmente se sumerge en el medio natural y utiliza sus elementos como recursos para una práctica más exigente tanto del cuerpo como de la mente. Podemos recordar a Miyagi sensei practicando Sanchin kata zarandeado por las olas en una playa de Okinawa, a Funakoshi sensei soportando un tifón tropical o a Yamaguchi sensei bajo las cascadas de aguas heladas del monte Kurama. Existe una interdependencia entre nuestro espíritu y las fuerzas naturales con sus lugares sagrados. El perder esta noción es desligar nuestro pobre ego del fluir natural de la vida, es ignorar nuestra conciencia universal y desvincularnos de la totalidad de la existencia.

Salvo en ocasiones excepcionales podremos emplearnos en una práctica tan exigente, que puede ser desde una simple ceremonia de purificación (misogi) o un entrenamiento de varios días en la naturaleza, hasta una práctica que dure años, como la “práctica de los mil días” a la que se someten los monjes del Shugendo. Es por ello que en Karate-do podemos utilizar el término Shugyo para definir su estudio serio y sincero en lo físico y lo mental, incluyendo tanto el cuerpo como la técnica, tanto el espíritu como el intelecto.

Practicar Karate-do como una actividad social o física, como un hobby o para lograr diplomas, es no haber entendido aún el término shugyo, o haberlo rechazado. Aunque esto no quiere decir dicha práctica no tenga valor.

Shugyo puede verse como una oportunidad de poner un mayor empeño en concentrar todo nuestro potencial de una manera positiva en la práctica del Karate-do, superando a nuestros enemigos: la duda, la fatiga, la derrota, el desánimo, la inconstancia, el miedo o el orgullo. Si logramos esta actitud en nuestra práctica también es posible trasladarla a todos los actos de nuestra vida, y quizás nos hará ver que hacemos demasiadas cosas que solo hacen que nuestra energía se disperse y que eliminándolas podremos empeñarnos  en algo mas importante en nuestras vidas.

AAS

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